Guerreros amazónicos desarmados y desatendidos

Nombre del libro;

Mujeres excombatientes, empoderamiento y reintegración, desigualdades de género en Liberia y Nepal.

Autor;

Michanne Steenbergen.

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El programa de DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración) dirigido por la ONU para mujeres excombatientes se inició en marzo de 2005 para desarmarlas, desmovilizarlas y reintegrarlas de nuevo en la sociedad.

El objetivo específico de este programa eran sus mujeres combatientes y, más en general, estos grupos y partidos militantes, para devolverlas a la vida normal o, al menos, a las hostilidades no activas.

Es habitual en estos grupos que recluten tanto a combatientes masculinos como femeninos e incluso a menores de edad para engrosar sus filas contra los adversarios.

Esta participación de las mujeres combatientes en los conflictos armados les infunde una euforia de poder y fuerza frente a su papel, basado en el género, de amas de casa y mujeres domésticas.

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El lado negativo es que, tan pronto como dejan las armas, se desmovilizan e intentan empezar de nuevo una vida normal en sus sociedades, son subestimadas e ignoradas por sus propios pueblos como mujeres y seres sin importancia que no tienen ningún valor para la sociedad.

El programa de desarme, desmovilización y reintegración de las Naciones Unidas no tiene en cuenta el género. Cualquier combatiente, independientemente de su sexo, raza, religión o país, que quiera dejar la violencia y esté dispuesto a reintegrarse en su sociedad para llevar una vida normal, los funcionarios de ONU-DDR se lo facilitan.

Las entrevistas y la investigación de campo realizadas por la autora en Liberia y Nepal con las excombatientes y los funcionarios de la ONU para el desarme, la desmovilización y la reintegración describen cómo estas mujeres combatientes han sido desatendidas y relegadas a su anterior posición de mujer no permitida en sus sociedades.

La Primera Guerra Civil de Liberia (1989-1997) y la Segunda Guerra Civil de Liberia (1996-2006) asolaron el país durante casi 15 años. Las razones mencionadas de estas guerras civiles son la corrupción rampante a todos los niveles.

Las desigualdades económicas y la miseria de la gente corriente, así como las malas prácticas políticas y judiciales de la sociedad, encendieron este infierno en el que los grupos militantes también reclutaron a mujeres como combatientes.

La guerrilla maoísta nepalí, que intentaba derrocar la monarquía de Nepal y establecer una República Democrática Federal de Nepal, no dudó en reclutar combatientes femeninas para esta causa.

Lo interesante y repugnante es que, aunque en teoría la ONU y su programa de desarme, desmovilización y reintegración aprueban la capacitación y la emancipación de estas excombatientes, el resultado final es totalmente distinto y algo insólito e inaudito.

La creencia de que estas combatientes desarmadas ya no son mujeres peligrosas, aunque tienen cierto valor para la sociedad, pero no tanto como sus homólogos masculinos.